INVESTIGACIONES ANTIGUAS

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BANDOLEROS (duracion 37:48)


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miércoles, 19 de noviembre de 2008

SEÑORES Y VASALLOS

Cuando los vikingos llegaron al norte de Francia, se adaptaron al sistema de gobierno feudal que encontraron allí. Luego, cuando como normandos conquistaron otros países, desarrollaron y establecieron también ellos sistema feudales. El feudalismo se basaba en la idea que todo ser humano tiene un señor al que le ha de obedecer y serle fiel. El hombre era el vasallo de aquel señor y debía servirle, por ejemplo, luchando por el. Como compensación, el señor le proporcionaba tierra y protección. El feudalismo estaba estrechamente ligado a la propiedad territorial. En Inglaterra el rey era el señor de toda la tierra. Guillermo I cedió a unas pocas familias normandas casi la mitad de Inglaterra, como recompensa por su ayuda en la conquista del país. Se reservo para el alrededor de una quinta parte y el reto se lo entrego a Iglesias. Los que poseían las tierras directamente del rey eran sus grandes vasallos. Tenían que proporcionarles caballeros para su ejército o, en vez de eso, pagarle una suma de dinero.

- El rey

El rey era todo poderoso. Aunque los hombres debían obediencia a su señor, todos ellos tenían también que ser leales para con el rey.

- Obispos

Muchos de los obispos eran tan poderosos como los barones. El obispo de Coutances, Normandia, tenía propiedades en doce condados de Inglaterra.

- Barones

Junto a los obispos y algunos abades, los barones eran los grandes vasallos del rey.

- Abades y Abadesas

Un abad era el superior de un monasterio: una abadesa lo era de un convento. Los monasterios poseían grandes haciendas. Al igual que los barones, tenían que proporcionar caballeros armados al rey, cuando era necesario.

- Caballeros

Un caballero era un soldado que había sido adiestrado en el arte de la lucha a caballo. Guillermo I podía movilizar a unos 5000 caballeros para su ejército. Muchos de los caballeros ocupaban tierras de alguno de los grandes vasallos del rey.

- Arrendatarios

Eran hombres libres que, que contrariamente a lo que sucedía con los villanos, no tenían que trabajar para el señor. Pagaban una renta fija por sus tierras.

- Colonos

Los colonos raramente poseían mas de dos hectáreas de terreno, pero tenían que trabajar por lo menos un día cada semana para su señor. Un colono vivía a menudo en una casa de campo alejada de los pueblos.

- Villanos

Un villano no podía abandonar las tierras de su señor. Poseía entre seis y doce hectáreas de terreno, y trabajaba unos días de la semana en los campos de su señor.

- Siervos sin tierra

El grado de riqueza de un hombre dependía de la extensión de tierras que poseyera. La mayor parte de los siervos no tenían tierras, y por eso eran muy pobres. Los siervos no eran legalmente libres y muchos de ellos eran poco más que esclavos. Una gran parte trabajaban como labriegos o como pastores de carneros o de cerdo.

LA BATALLA DE LEPANTO (1parte)


La armada aliada estaba formada por 70 galeras españolas (sumadas las propiamente hispanas con las de Nápoles, Sicilia, y Génova), 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. Los combatientes españoles sumaban 20.000, los del Papa 2.000 y los venecianos 8.000. La flota estaba confiada teóricamente a Juan de Austria y dirigida efectivamente por jefes experimentados como Gian Andrea Doria y los catalanes Juan de Cardona y Luis de Requesens. Marco Antonio Colonna, condestable de Nápoles y vasallo de España, era el almirante del papa. Las naves venecianas estaban al mando de Sebastián Veniero.
Preparativos:

La preparación de la cristiandad para enfrentarse de una forma decidida con el peligro turco fue muy laboriosa. El único hombre que vio clara la situación desde el primer momento fue el papa Pío V. Incluso Felipe II, que tan amenazadas veía sus posesiones peninsulares por el enemigo, tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar un golpe definitivo a los turcos. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571 debido a la disparidad de intereses y proyectos. La unión de escuadras cristianas que el Papa había convocado en respuesta a la toma de Chipre (1570) había resultado un fracaso del que los jefes se culpaban mutuamente. La Sublime Puerta lanzó un ataque a fondo contra Famagusta, último reducto de los venecianos en Chipre. Fuerzas turcas se apoderaron de Dulcino, Budua y Antivari, e incluso llegaron a amenazar la plaza de Zara. La escuadra española estuvo ya preparada el 5 de septiembre con la llegada de Andrea Doria, Don Alvaro de Bazán y Juan de Cardona. El 29 de agosto, el obispo Odescalco llegó a Mesina, dio la bendición apostólica en nombre del Papa y concedió indulgencias de cruzada y jubileo extraordinario a toda la armada. El 15 de septiembre, Don Juan ordenó la salida de la flota y el 26 fondeó en Corfú, mientras una flotilla dirigida por Gil de Andrade exploraba la zona.
Juan de Austria (1545-1578). Sánchez Coello. Museo del Prado Las armadas se encuentran en el golfo de Lepanto:
Don Juan de Austria constituyó una batalla central de 60 galeras en las que iban Colonna y Veniero con sus naves capitanas, flanqueada por otras batallas menores al mando de Andrea Doria, Alvaro Bazán y el veneciano Agustín Barbarigo. A Cardona se le dio una flotilla exploradora en vanguardia. A bordo iban cuatro tercios españoles de Lope de Figueroa, Pedro de Padilla, Diego Enríquez y Miguel Moncada. La infantería italiana era también de gran calidad. La desconfianza hacia los venecianos era tal que don Juan repartió 4.000 de los mejores soldados españoles en las galeras de la Señoría e hizo que éstas navegasen entreveradas con las de España. El 29 de septiembre abordó a la capitana de don Juan una fragata de Andrade con el anuncio de que los turcos esperaban en el golfo de Lepanto. La flota de la Liga salió el 3 de octubre del puerto de Guamenizas en dirección a Cefalonia, y el sábado 6, a la caída de la tarde, llegaba al puerto de Petela. Bazán aconsejaba entrar en el golfo y Andrea Doria temía aventurarlo todo en una jornada. En el Consejo se aprobó el plan de Bazán de presentar combate en la madrugada del día siguiente, frente al golfo de Lepanto. La maniobra ordenada permitió cerrar el golfo y dio tiempo a una perfecta colocación de la armada.


LA BATALLA DE LEPANTO (2parte)

El combate (7 de octubre de 1571):
Al alba del día 7 la flota cristiana estaba situada en las islas Equínadas. Poco después avistaron a la turca adelantándose hacia la boca del golfo de Lepanto. Alí estaba al mando de 260 galeras y contaba con las naves del corsario argelino Luchalí. A las diez de la mañana las escuadras se hallaron frente a frente. Cerca del mediodía la galera del Amirante Alí Bajá disparó el primer cañonazo. Alí concentró el esfuerzo sobre las galeras venecianas, que suponía menos aguerridas. El primer ataque turco fue neutralizado por Barbarigo, que fue herido de muerte.
Durante dos horas se peleó con ardor por ambas partes, y por dos veces fueron rechazados los españoles del puente de la galera real turca; pero en un tercera embestida aniquilaron a los jenízaros que la defendían y, herido el almirante de un arcabuzazo, un remero cristiano le cortó la cabeza. Al izarse un pabellón cristiano en la galera turca arreciaron el ataque las naves cristianas contra las capitanas turcas que no se rendían; pero al fin la flota central turca fue aniquilada. (Marqués de Lozoya)
En la galera Marquesa combatió Miguel de Cervantes con gran valor. Tenía entonces veinticuatro años y continuó combatiendo después de ser herido en el pecho y en el brazo izquierdo, que le quedaría inútil. El consejo de don García de Toledo de recortar los espolones hizo más eficaz el empleo de la artillería. La arcabucería española resultó decisiva en el combate cuerpo a cuerpo causando gran número de bajas. En muchas de las galeras turcas los cautivos cristianos se rebelaron en lo más recio del combate. Fue un galeote cristiano quien cortó la cabeza del almirante Alí con su hacha de abordaje. Sólo 50 de las 300 naves turcas pudieron escapar. El argelino Luchalí combatió con fortuna en el ala derecha y logró escapar hacia la costa de Morea. La persecución que llevó a cabo Bazán cesó al caer la tarde sin conseguir darle alcance.
Batalla naval de Lepanto Carácter decisivo de la victoria y consecuencias:
Se celebró un Consejo después de que la flota se retirarse a Petela y prevaleció el parecer de dar por terminada la campaña de aquel año. Pío V y el Dux de Venecia reconocieron que la victoria se debió principalmente a España y a Don Juan de Austria. Aunque Lepanto aparentemente fue una victoria total para los miembros de la Liga Santa, el carácter definitivo de la victoria cristiana ha sido discutido por muchos historiadores.
Pocas veces, si alguna, en la historia de los tiempos modernos, los frutos de una bella victoria han sido más vergonzosamente desperdiciados.(Merriman)
Aplazamientos, desconfianzas entre los aliados y la muerte del papa San Pío V provocaron la malversación del triunfo de Lepanto. Felipe II se sentía temeroso de un nuevo afianzamiento de la alianza francoturca; los venecianos se hallaban dispuestos, al cabo de cierto tiempo, a hacer una paz separada: si no hubiese sido por el entusiasmo de Don Juan de Austria, la Liga se habría deshecho... Pero las desconfianzas de Felipe -sus celos- hacia Don Juan de Austria, sus lentitudes características, dieron por resultado, al cabo de pocos meses, la caída de Túnez y la Goleta en poder de los turcos (1574). Así quedaba desvanecida la gloria de Lepanto. (Soldevila)
Derrota del almirante Howard al atacar la flota de Indias (1591). Museo Marítimo de GreenwichLa victoria de Lepanto abría la puerta a las mayores esperanzas. Sin embargo, de momento, no trajo consigo ninguna clase de consecuencias. La flota aliada no persiguió al enemigo en derrrota, por diversas razones: sus propias pérdidas y el mal tiempo, a quien el imperio turco, desconcertado, debió tal vez su salvación. En este sentido, fue fatal la larga demora española del verano de 1571, pues, al colocar a los aliados victoriosos en los umbrales de la estación del mal tiempo, vinieron a interponerse ante la victoria, como treguas obligatorias, el otoño, el invierno y la primavera... Pero si, en vez de fijarnos exclusivamente en lo que viene después de Lepanto, paramos la atención en lo que precede a esta victoria, nos daremos cuenta de que viene a poner fin a un estado de cosas lamentable, a un verdadero complejo de inferioridad por parte de la Cristiandad y una primacía no menos verdadera por parte de los turcos. La victoria cristiana cerró el paso a un porvenir que se anunciaba muy próximo y muy sombrío. (Braudel)

LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

La batalla de las navas de tolosa constituyó la lid campal más importante de toda la Reconquista. Y, también, el acontecimiento crucial del medioevo hispano, porque el triunfo de las huestes cristianas, el 16 de julio del año 1212, cambió el signo de la contienda iniciada en Covadonga, aunque aún se prolongaría casi tres siglos hasta la toma de Granada por los Reyes Católicos, en 1492.
Y fue, además, una auténtica cruzada y como tal, una empresa colectiva que unió a naciones y reinos, por encima de sus divisiones y luchas feudales. A principios de 1210, el papa Inocencio III ordenó al arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada que presionara al Rey de Castilla para que reanudase la lucha contra el Islam, de la misma forma que se proponía hacerlo Pedro II, rey de Aragón.
En esta batalla, se enfrentaron las tropas de castilla, de Aragón y de Navarra, al potente ejército musulmán, compuesto por tropas almohades, beréberes e hispano-musulmanas de al-Andalus, además de un cuerpo de arqueros kurdos, enviados por el califato de Bagdad al monarca almohade.
Para entonces, la situación en la Península Ibérica era la siguiente: el Norte, hasta la línea del Tajo, se dividía en cuatro reinos cristianos: León, Castilla, Navarra y Aragón-Cataluña. El Sur y Levante formaban parte del extenso Imperio Almohade, que no sólo comprendía el Andalus, sino también Marruecos, Mauritania, Túnez y Argel. La actual Castilla-La Mancha era en buena parte una extensa frontera, prácticamente despoblada y jalonada por una serie de castillos defensivos, a la sazón en poder de los musulmanes.
L
os preparativos de la batalla duraron años. El Papa Inocencio III predicó la Cruzada contra el Islam (lo que suponía el perdón de los pecados para todos los que entraran en combate) y ordenó a los reyes cristianos que aplazaran sus discordias personales en favor del objetivo común. En la primavera de 1212, se concentró en Toledo un gran ejército hecho con tropas castellanas, aragonesas y de diversas partes de Europa, a las que se uniría posteriormente un grupo de caballeros navarros. El 16 de junio, dos formidables ejércitos se encontraron frente a frente en la amplia explanada de Las Navas de Tolosa, junto al desfiladero de Despeñaperros. A la fortaleza de la caballería pesada de los cristianos, los musulmanes oponían la movilidad de sus tropas ligeras y la habilidad de sus arqueros.
U
n primer ataque, liderado por don Diego Lopez de Haro, fue rechazado con facilidad por las huestes del rey musulmán Al-Nasir. Pero la carga de la retaguardia, mandada por los reyes de Castilla, Navarra y Aragón, llegaría hasta el cuartel general de las tropas enemigas, donde se produjo una terrible matanza, que continuaría tras la victoria definitiva, con la persecución de los soldados musulmanes que intentaban huir del lugar del combate.

LA BATALLA DE ISANDHLWANA

"El 11 de diciembre de 1878 los británicos habían presentado un ultimátum a Cetshwayo, el rey zulú, cuándo prácticamente ya se había decidido atacarlo. El ejército británico de 16.800 hombres estaba compuesto de regimientos de caballería, infantería y del cuerpo de voluntarios de Natal, compuesto por africanos y bóers. Las columnas de suministro estaban compuestas por 612 carromatos y 113 carros ligeros tirados por 7.626 animales de tiro lo que causaba mucho retraso. Chelmsford trasladó sus tropas desde Pietermaritzburg, dónde estaba instalado, hasta el campamento de Helpmekaar, cerca de Greytown.
El 9 de enero llegaron a Rorke's Drift, y en la mañana del 11 de enero, sin aguardar la respuesta al ultimátum, comenzaron a cruzar el río Buffalo, entrando en Zululandia. Los británicos acamparon en Isandlwana, un lugar en campo abierto, que no fortificaron, confiando en su armamento y organización superior, y aunque organizaron patrullas de reconocimiento que se encontraron con algunos zulúes, no fueron capaces de descubrir la magnitud de las tropas zulúes de las inmediaciones, que consistía en 35 impis (regimientos).
Chelmsford dividió su ejército y se dedicó a buscar los zulúes. Dejó el 1º batallón del 24º Regimiento de infantería al cuidado del campamento bajo el mando de Henry Pulleine, un administrador sin experiencia bélica.
Mientras Chelmsford estaba en campo abierto buscando el ejército zulú y hostigado por pequeñas partidas zulúes que lo alejaron del campamento, el ejército zulú, compuesto por unos 22.000 hombres, atacó el campamento británico. Los 1.000 soldados británicos y 800 nativos fueron totalmente superados. Los zulúes no hicieron prisioneros y mataron a casi todos, tan sólo 55 militares británicos y 300 nativos consiguieron huir. Después de la batalla, los zulúes, siguiendo su tradición, abrieron los cuerpos de los muertos para liberar los espíritus."

LA BATALLA DE GUADALETE

En abril o mayo del año 711 un ejército al mando de Tariq ibn Ziyad cruzó el Estrecho, en el momento en que el rey Rodrigo se encontraba en el norte combatiendo a los vascones. Las dificultades que el desplazamiento por mar representaban para un pueblo sin tradición marítima como los árabes hacen poco probable que las tropas de Tariq fueran muy numerosas: entre siete y nueve mil soldados, la mayoría de ellos beréberes, algunos libertos de diverso origen y una minoría de árabes. Tariq se atrincheró en el peñón que recibiría después su nombre (Chabal Tariq: Gibraltar), a la espera de la arribada del grueso de sus tropas. Los relatos árabes cuentan que Tariq, tras poner pie en tierra firme, dirigió la oración arengando a sus tropas a triunfar o morir y que, para asegurarse, mandó quemar la flotilla que les había llevado hasta allí.
Tariq inició su ofensiva con la toma de Carteya (Cádiz), después de lo cual se dirigió al oeste e instaló su base de operaciones en lo que hoy es Algeciras (la "isla verde", al-Yazirat al-jadra). Entretanto el rey Rodrigo regresó precipitadamente de su campaña contra los vascones y mandó reunir sus tropas en Córdoba.
Todo indica que la batalla no fue de gran envergadura, ya que las fuerzas de Tariq eran escasas y Rodrigo probablemente no pudo reclutar gran número de guerreros ya que su centro de poder era territorialmente limitado. Es posible que sólo le acompañaran las tropas de la casa real y las fuerzas que pudiera reclutar en sus posesiones de la Bética, ya que, por otra parte, no se trataría de una invasión en toda regla. Sin duda la fulminante victoria de las fuerzas árabes se debió al desconocimiento cristiano de las tácticas de combate de los árabes. La probable muerte de Rodrigo, la destrucción de su comitatus, su guardia real y la nobleza cortesana, dieron al enfrentamiento su carácter decisivo. Por otra parte, la rápida conquista de Toledo por Tariq aumentó la confusión creada por la destrucción del ejército real y evitó la elección de un nuevo rey visigodo y la articulación de la resistencia. Por ello la escaramuza de Guadalete / Barbate se convirtió en una conquista.
Los restos de las maltrechas tropas visigodas se habían refugiado en Écija. Hasta allí las persiguió Tariq y obtuvo una nueva victoria que desbarató definitivamente la capacidad de resistencia del ejército visigodo. Muchos descontentos se fueron uniendo a las tropas de Tariq, que encontró la colaboración de la población judía, muy castigada por las persecuciones a la que la había sometido la católica monarquía visigoda. Desde Écija, Tariq inició un paseo militar que le llevó a conquistar Córdoba y Toledo sin apenas resistencias, aniquilando así los restos del reino visigodo. De esta forma comenzaba la historia secular de al-Ándalus.

LA BATALLA DE GETTYSBURG (I parte)

En Junio de 1863, la fortuna militar Confederada en el Este estaba en su cenit. El Ejército de la Unión del Potomac acababa de ser derrotado en la Batalla de Chancellorsville; vigorizado con su victoria, el de Virginia del Norte empezó la invasión del Norte. Parecía que una victoria decisiva más, esta vez en el suelo del estado Norteño, podría aplastar la ya hundida voluntad del Norte y forzar al gobierno de Abraham Lincoln a la mesa de negociación, donde una paz negociada podía ganar la guerra para la Confederación.
El 1 de Julio, por una dramática consecuencia, el ejército del General Robert E. Lee se encontró con el Ejército del Potomac. mandado ahora por el Maj. Gen. George Gordon Meade, en la Batalla de Gettysburg. El primer día del encuentro, las legiones de Lee empujaron a las tropas Federales a través de la ciudad a una posición defensiva en Cemetery Ridge. El ejército de Lee parecía invencible. Al final del día, parecía como si otra gran victoria Confederada estuviera por producirse. Sin embargo, podría ganarse esta vez más que sólo otra batalla , posiblemente toda la guerra.
Por supuesto no ocurrió de este modo. Mejor liderado por Meade, superiores decisiones tácticas de sus oficiales de campo y, lo más importante, tenazmente combatido por las tropas Federales, derrotó al los Confederados y los empujo a Virginia. Con la retirada del ejército Rebelde, el espectro de la paz se desvaneció para siempre.
Pero estuvo cerca. Desde entonces, los " ¿y si?" de Gettysburg han encantado a los historiadores de la batalla más importante de la Guerra Civil. Uno de los grandes imponderables se sitúa en la funesta lucha por Little Round Top. La posición defensiva de la Unión en el segundo día de batalla se asemejaba a una "J" invertida, extendiéndose desde Culp`s Hill al norte, alrededor de Cemetery Hill y al sur irregularmente a lo largo de Cemetery Ridge hasta Little Round Top. Geográficamente y estratégicamente, los 182 metros de altura de Little Round Top se anclaban a la izquierda de la Línea de la Unión. En manos Confederadas, las tropas de Lee tendrían un trampolín para atacar la retaguardia de la Unión y forzar la evacuación de Cemetery Ridge.

LA BATALLA DE GETTYSBURG (2parte)

La mañana del 2 de Julio, el segundo día de la batalla, Little Round Top estaba ocupada por una división del XII Cuerpo mandado por el Brig. Gen. John W. Geary. Meade ordenó a la unidad de Geary reunir el resto del XII Cuerpo en Culp`s Hill y a las tropas del III Cuerpo del Maj. Gen. Daniel E. Sickles encargarse de la posición de Geary. Pero en la confusión, las tropas del III Cuerpo no llegaron y Geary empujó fuera a sus hombres demasiado pronto, dejando Little Round Top indefensa. Lee, sintiendo la debilidad Federal, eligió atacar el sur de la línea de la Unión. Si las tropas Confederadas pudieran romper esta parte de las defensas de la Unión y ocupar Little Round Top, toda la línea de la Unión se volvería indefendible.
Hubo muchos momentos cruciales en los tres días de batalla en Gettysburg, pero ninguno como la defensa de Little Round Top por el 20º Regimiento de Maine. Si hubieran sido expulsados los Yankees de Maine de Little Round Top, la Batalla de Gettysburg podía haber tenido un resultado diferente. Al menos, Meade así lo pensó, diciendo más tarde, " A no ser por el oportuno avance del Quinto Cuerpo y el rápido envió de una parte a Round Top, donde se encontraron al enemigo casi en la cresta y tuvieron una desesperada lucha para asegurar la posición- Yo digo que a no ser por estas circunstancias el enemigo habría asegurado Round Top plantando su artillería ahí, dominando todo el campo de batalla, y el resultado de lo que hubiera pasado lo dejo a su juicio.
Afortunadamente para las fuerzas Federales, a Lee le llevó la mayor parte del día reunir sus tropas y disponerlas para atacar las zonas débiles. Su plan era atacar la izquierda de la Unión con 20.000 hombres mientras el resto de su ejército presionaba la derecha de la Unión. La división de Mayo General John B. Hood, compuesta por la Brigada de Alabama del Gen. Brig. E.M. Law a la derecha y la Brigada de Texas/Arkansas del Gen. Brig. J.B. Robertson a la izquierda, avanzaría primero sobre las 4:30 p.m. Se dirigieron hacia el sur de la línea de la Unión defendida por el V Cuerpo del Maj. Gen. George Sykes. A medida que la brigada de Law avanzaba, giró oblicuamente hacia la izquierda, golpeando la ladera occidental de Little Round Top y arremetiendo hacia el desfiladero de Plum Run; lo que amenazó con envolver todo el flanco izquierdo de la Unión. El Teniente General James Longstreet más tarde describiría este avance de la división de Hood como las " 3 mejores horas de combate que ninguna tropa había hecho en un campo de batalla.
Mientras tanto, Meade estuvo enviando tropas hacia el interior de sus líneas tan rápido como llegaban al campo de batalla. Estaba preocupado por el flanco izquierdo de la Unión y envió a su jefe de ingenieros, Gen. Brig. Governeur K. Warren, a Little Round Top para valorar la situación. Warren llegó a las 3:30 p.m. y- para su completa sorpresa- encontró la colina sin defensa. Reconociendo el desastre en el hecho, envió frenéticamente jinetes a Meade y Sickles que mandaba el adyacente III Cuerpo, solicitando ayuda inmediata. Sickles, cuyas tropas aún estaban calurosamente trabadas en combate, respondió que no tenía nada que le sobrase. Afortunadamente, el Coronel Strong Vincent, que mandaba la 3ª Brigada de la 1ª División, del V Cuerpo, interceptó uno de los mensajes de ayuda. Inmediatamente reconoció la importancia estratégica de la colina y llevó a los 1350 hombres de su brigada a "redoble" hacía Little Round Top. Vincent situó los cuatro regimientos de su brigada- el 20º de Maine, el 83ª de Pennsylvania, el 44ª de Nueva York y el 16ª de Michigan- a lo largo de las laderas meridional y occidental que encaraban frontalmente a los Rebeldes. Sus últimas palabras a los 389 hombres del 20º de Maine fueron: "Esta es la izquierda de la línea de la Unión. ¿Lo entienden?. ! Tienen que mantener este terreno a toda costa ¡"

LA BATALLA DE COVADONGA

Después de la invasión en el año 711 d.C. los musulmanes rápidamente van conquistando el territorio de la Península hasta que chocaron con el primer foco de resistencia que no lograron conquistar. En el norte, en la región de Asturias, el príncipe godo don Pelayo logró ser el primero en derrotarlos. Cuando el gobernador musulmán de Córdoba envió sus soldados hacia el norte (actual Asturias), en el año 718 d.C., las tropas de don Pelayo lograron atraer a los soldados musulmanes a una emboscada y los derrotaron. En ese momento se inició la reconquista. La referencia más antigua a este suceso, se encuentra en la Crónica de Alfonso III:
"...Pelayo, habiendo conseguido escapar a los musulmanes y refugiándose en Asturias, es elegido rey por una asamblea, y organiza la resistencia de los asturianos en el monte Auseva, en la "cova dominica" (Covadonga). Contra él marcha un ejército innumerable, mandado por Alcama, compañero de Terec, y con el que va también Opas, hijo de Witiza y metropolitano de Toledo o Sevilla, quien mantiene con Pelayo un dramático diálogo. Fracasada la mediación intentada por Opas, comienza la batalla; pero la flechas y las piedras lanzadas por las hondas se vuelven para herir a los atacantes, que acaban por huir quedando Alcama muerto y prisionero Opas. Al bajar los fugitivos el monte Auseva, para alcanzar Liébana, un monte se desplomó sobre ellos, muriendo 63.000 caldeos..."
Fuera lo que fuera, la importancia real de la batalla fue grande, por cuanto pasó a convertirse en el símbolo de la Reconquista y porque, según la tradición legendaria que hace creer que gracias a la aparición de la Virgen, Pelayo y sus tropas diezman a los musulmanes.
A diferencia del valor dado al acontecimiento en la tradición cristiana, en las crónicas árabes no hablan de ningún encuentro bélico, aunque sí reconocen la existencia de Pelayo, refugiado en los montes con un grupo de gentes que se alimentaban de la miel que elaboraban las abejas en la hendiduras de las peñas:
"...Dice Isa ben Ahmad al-Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim al-Qalbi, se levantó en tierras de Galicia un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos en al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder, lo que no habían esperado lograr. Los islamitas, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de sus país hasta que llegara Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado Pamplona en Galicia y no había quedado sino la roca donde se refugia el rey llamado Pelayo con trescientos hombres. Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían que comer sino la miel que tomaban de la dejada por la abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo «Treinta asnos salvajes, ¿que daño pueden hacernos?»." (Al-Maqqari Nafh al-tib)...

miércoles, 5 de marzo de 2008

Jose Maria Hinojosa"el tempranillo"

José María Hinojosa Cobacho nació el 24 de junio de 1805 en la villa de Jauja, municipio de Lucena en Córdoba. Hijo del jornalero Juan Hinojosa de 25 años, y de María Covacho de 20. Era Jauja una aldea pobre rodeada de latifundios a orillas del río Genil, en una tierra acostumbrada al fenómeno del bandolerismo por la pobreza y la injusticia. Durante una romería en la ermita de San Miguel, cerca de Jauja, el joven José María, que no se sabe su edad exacta aunque fue entre los trece y los veinte años, mató a un hombre por causas no esclarecidas, unos dijeron que por vengar a su padre que había muerto asesinado años antes, otros que por vengar a su madre que había sido deshonrada por el asesinado, otros que fue por una novia, sea como fuere lo cierto es que huye de la justicia y se echa al monte empezando el bandolerismo, su tempranera edad hace que se le conozca como El Tempranillo.
Se une inicialmente a la banda de los Niños de Ecija, pero pronto encabeza su propia partida y sus correrías se hacen célebres tomando fama de "robin hood" que roba a los ricos para ayudar a los pobres. Desde Ronda a Ecija y desde Estepa a Lucena los bandoleros desafiaban las tropas de Fernando VII incapaces de capturar a los salteadores. Su fama de bandolero romántico la exaltan los extranjeros que viajan por Andalucía como el francés Merimée autor de Carmen, que relata sus andanzas y destaca que era "guapo, valiente, y cortés" y muy considerado con mujeres y ancianos, narrandose que cuando detenía una diligencia, daba la mano a las señoras para que bajasen y cuidaba de que quedaran cómodamente sentadas a la sombra. Jamás un juramento ni una palabra grosera, sino al revés, miradas casi respetuosas y una cortesía natural que jamás se desmiente.
- ¡ Ah !, señora - decía, sustrayendo la sortija de la mano de una mujer,
- una mano tan bonita no necesita adornos.
Y al mismo tiempo que deslizaba la sortija a lo largo del dedo, besaba la mano con un ademán capaz de hacer creer, que el beso tenía para él más precio que la sortija. Dejaba siempre a los viajeros el dinero suficiente para llegar al pueblo más próximo, y nunca rehusó a nadie el permiso de conservar cualquier joya que le era preciosa por su recuerdo.
El inglés Richard Ford escribe también sobre él, y su amigo John Frederic Lewis viaja a su encuentro logrando inmortalizar al Tempranillo con un dibujo en 1832, tenía el pelo negro, ojos azules, boca grande, hermosa dentadura y manos pequeñas. Vestía camisa fina, chaquetilla de terciopelo con botones de plata y polainas de cuero, montaba un caballo bayo. Casa con María Gerónima Francés en Torre Alhaquime (Cádiz) de donde ella era natural, y de este matrimonio nacería un hijo, de nombre José María, el 6 de Enero de 1832 en un cortijo cercano a Grazalema, muriendo su madre en el parto. Esta desgraciada circunstancia ocurre porque El Tempranillo acudió en solitario junto a su esposa para acompañarla en el parto, siendo delatado ya que los Voluntarios del Rey, llamados popularmente Migueletes, lo cercan en el cortijo. El alboroto y tiroteo provocan a su mujer tal impresión que el parto se adelanta con el desenlace citado. José María El Tempranillo, lejos de rendirse, monta el cadáver de su esposa sobre el caballo, se ata el bebé a su faja y sale a galope del cortijo entre los disparos de los migueletes, saliendo ileso del trance y entregando su hijo a la familia de la madre.
El día 10 de Enero bautiza a su hijo en la iglesia parroquial de Grazalema (Cádiz) acudiendo tranquilamente a la ceremonia ante la pasividad de las autoridades locales que no se atreven a arrestarlo. Dispone en esta época de unos cincuenta hombres a caballo bien disciplinados que son el temor de las fuerzas de seguridad que prefieren evitarlos. Ante la creciente importancia del conocido Rey de Sierra Morena, y de otros bandoleros como El Lero y Ruiz Germán, un grupo de terratenientes visita al Rey y logran convencerlo que la única forma de acabar con ellos es concederles un indulto que los aleje de la ilegalidad.
En Agosto de 1832 en Estepa se formaliza el indulto a las tres partidas y en los términos del acuerdo se pacta que los bandoleros formen el llamado Escuadrón Franco de Protección y Seguridad Pública de Andalucía, siendo El Tempranillo su comandante y debidamente uniformados reciben en Córdoba la bendición del obispo desfilando por la ciudad y pasando a continuación a patrullar por los mismos caminos que antes asaltaban.
Durante la persecución de otro bandolero, José María El Barberillo, de Estepa, llega confiado a un cortijo cercano a Alameda (Málaga), donde es tiroteado por El Barberillo que huye del lugar, sus hombres lo trasladan al pueblo donde tras unos días de agonía en que le da lugar a hacer testamento, muere a los veintiocho años de edad, el 24 de Septiembre de 1833, lugar donde se encuentra su tumba.

lunes, 25 de febrero de 2008

La leyenda de Borno

La gente de aquella tierra hablaba a menudo del sino fatal de un joven llamado Borno, tan atractivo que era conocido como el mimado de los dioses.Allí estaba Borno en una cresta baja de la montaña desde donde se podía divisar el brillo del mar en la distancia.Entre un grupo de viejos árboles había un estanque centenario, abastecido por un manantial que afloraba entre las rocas.Borno dejó beber al asno, luego cogió las tinajas, mientras el animal pastaba de aquí allá.Pero no las llenó enseguida, se sentó junto al estanque, disfrutando del aire fresco y escuchando como las cigarras festejaban la belleza del medio día.De pronto los lirios se estremecieron, el agua se rizó y susurró al chocar contra las piedras. Entre los nenúfares apareció una mujer infinitamente seductora, infinitamente misteriosa.Su piel era más blanca que los pétalos de lirio, sus ojos eran verdes como las hojas. Una oscura melena, con tallos entrelazados, caía sobre sus hermosos hombros, fundiéndose con el agua.Levantó una mano y Borno se acercó a ella. Luego vaciló y retrocedió.-No sois mortal, doncella-dijo.La muchacha sonrió perezosamente y asintió con la cabeza, los ojos del muchacho se oscurecieron de deseo, inclinándose sobre el estanque.Tan pronto como la punta de sus dedos tocó el agua, la mujer le sujetó como si de un grillete se tratara. Sus pequeñas y afiladas uñas se clavaron en su carne y Borno cayó inexorablemente al agua, penetrando en el mundo sin aire que se ocultaba bajo la tierra, dónde aún reinaban los espíritus acuáticos y los humanos no podían vivir.O por lo menos eso es lo que dijeron los compañeros de Borno. El asno había regresado hasta los campos rebuznando lúgubremente. Fueron al estanque, donde encontraron las tinas del agua en el suelo, vacías. Le buscaron y le llamaron hasta el amanecer, pero fue en vano.Algo mágico flotaba en el aire alrededor del estanque.Más tarde, tras haber dado por terminada la búsqueda, los irlandeses compusieron una melodía para Borno, contando como fue raptado por la ninfa del estanque.La cantaron durante siglos mientras recolectaban el grano.

jueves, 21 de febrero de 2008

La Leyenda de Meng Tiang

Esta campesina china recorrió una distancia enorme para llevarle alimento, en la dura estación del invierno, a su marido, el cual se encontraba trabajando en la ciclópea construcción de La Gran Muralla China, erigida por orden de Quin Shih Huang-Ti, primer emperador de China; construcción la cual, por los enormes costes tanto materiales como humanos que le estaba costando al pueblo, llevaba al acúmulo de rencor, y del miedo, del pueblo de la recién nacida China a sus gobernantes.
Cuando llegó, su marido había muerto el día anterior a causa de un derrumbe. Su cuerpo, en un mundo antiguo donde no debe malgastarse nada, fue empleado como masa para la construcción de una parte de la misma muralla responsable de su muerte. La leyenda dice que Meng Tiang lanzó un tan doloroso alarido de angustia, que rajó de parte a parte la zona del muro donde se encontraba el cuerpo de su marido, formándose una grieta que nunca más se pudo recomponer.

El hijo del guardabosques de Tuttlingen

El hijo del guardabosques de Tuttlingen, en la Selva Negra, volvía a una hora avanzada de la noche de una sesion báquina en la que se había vaciado más botellas de lo razonable.El joven que se llamaba Berthold, atravesaba canturreando los prados inundados por los rayos de luna y los agradables bosques de abetos más oscuros.
De repente se detuvo bruscamente.
Algo sobrenatural parecía clavarlo en el suelo.
A pocos metros del camino se extendía una laguna llena de flores, cuyas orillas suavemente inclinadas se perdían entre las cañas.
A dos pasos de la orilla, una joven encantadora, sumergida en el agua hasta la cintura, peinaba su larga cabellera.Pero la impresión de Berthold fue mayor todavía cuando la joven, en vez de huir, le respondió con dulzura, sin mostrar el menor temor.
El joven volvió a ver a la muchacha al dia siguiente y pronto nació entre los dos una profunda pasión.
Entonces la muchacha de las aguas hizo saber a su enamorado que se llamaba Evelina, que era de la raza de las ondinas y que para casarse con ella debería hacer una extraña promesa: la de no ir nunca con ella sobre el agua.
Berthold hizo la promesa y se consumó el matrimonio. Era una alegría verlos, y de la mañana a la noche, igual que de la noche a la mañana, las dos criaturas se amaban con tanto abandono y tanta naturalidad que los vecinos sentían deseos de imitarlos.
La llegada del invierno no cambió esta feliz armonía.
Una mañana Berthold dijo a su mujer:
" -Luego saldrás conmigo; te he preparado una sorpresa".
Cuando llegaron a la laguna en la que Eveline se había aparecido por primera vez, el joven sacó de un paquete dos pares de patines y exclamó:
"- Qué alegría esposa mía, te voy a enseñar a patinar".
Pero Eveline se puso pálida como la nieve.
"-¡Tu promesa! ¡Olvidas tu promesa!- exclamó con una voz lamentable.
Berthold se echó a reir y levantando a su mujer en volandas, la depositó sobre el hielo.
Pero ¡ay! el hielo se rompió y, mientras Berthold se agarraba desesperado a los bloques de hielo, Eveline se sumergió y desapareció para siempre.
Han pasado dos años.
El tiempo ha secado las lágrimas del guardabosques.
Sus amigos le han hecho comprender que es demasiado joven para quedarse viudo.
Se ha vuelto a casar con una graciosa muchacha que no pide otra cosa que hacer feliz a un joven y apuesto muchacho
Mientras los violines resuenan todavía a lo lejos, los dos recién casados han penetrado en la cámara nupcial.
De golpe, una sombra se yergue en medio de ellos y los separa. Es Eveline.
Al día siguiente, y al otro, y al otro...la misma escena se repite.
Eveline aparece siempre para reclamar sus derechos.
La recién casada ha regresado a casa de su madre y Berthold está encerradó en una casa de salud, donde habla sin cesar de la bella ondina que vive en el fondo de la laguna.

lunes, 11 de febrero de 2008

Medicinas Indias

El primer calendario que tuvieron los Indios de Norteamérica fue según los historiadores el caparazón de una tortuga. Estos se dieron cuenta que cada trece lunas, se repetía la misma estación. El caparazón de algunas tortugas llevaba trece círculos que denominaron Rueda de la Medicina.
Algunos documentos relatan la eficacia de la medicina india sobre enfermedades y heridas. Para ello empleaban el entorno natural que les envolvía, como raíces, plantas y algunas partes de la anatomía animal.
* Para curar quemaduras utilizaban una cocción de hojas de tabaco hervidas en agua. Con este liquido lavaban la herida que posteriormente aplicaban polvo de tabaco machacado.
* El reuma y los problemas respiratorios se combatían inhalando el humo que producía la quema de corteza de cedro.
* Para luchar contra algún tipo de fiebres algunas tribus hervían corteza de un árbol llamado cornejo. Contra los parásitos, los cherokees machacaban la raíz de una planta llamada raíz rosada que también emplearon mas tarde algunos colonos.
Los indios eran muy hábiles en la curación de heridas y las hemorragias. Para ello utilizaban plantas, minerales y animales.
* Una herida sangrante la curaban rapidamente con la aplicación de trozos de una tela de araña. Esta cura era normal entre apaches y chipewas.
* Los dolores de cabeza y los resfriados, los apaches, los curaban con el agua de trozos de madera de arbusto hervidos en agua.
Dentro de este pequeño apartado sobre la medicina india hay que mencionar muy especialmente la medicina ginecología y la obstetricia. Hoy en día algunos métodos que utilizaban algunas tribus son perfectamente actuales.
Los colonos cristianos creían que iba contra la Biblia aliviar los dolores del parto, puesto que estos dolores constituían un castigo por el pecado original. En algunas tribus los indios utilizaban medicinas para calmar el dolor a las embarazadas, sobre todo en el parto. Estas medicinas eran una mezcla de cortezas de cornejo, álamo y cerezo.
Aunque las mujeres indias solían dar a luz de rodillas o en cuclillas, durante el parto se la cambiaba de posición, dependiendo de la situación del feto.
* Una cosa que llama la atención es la que las comadronas arikaras se envolvían las manos con un trozo de piel con pelo suave para no hacer daño a la madre. Nunca tocaban la vagina de la madre, para corregir la posición del bebe movían a la madre de un lado a otro con extrema suavidad, mientras manipulaban el abdomen suavemente. En caso de hemorragias post-parto, daban de beber zumo de cerezo.

domingo, 10 de febrero de 2008

Tifón

Existen varias versiones sobre su nacimiento, la más extendida lo hace hijo de Gea y Tártaro. Según algunas tradiciones, Gea, buscando venganza por la derrota que Zeus había infringido a los Gigantes, calumnió a Zeus ante su esposa Hera. Hera indignada pidió consejo a Cronos para vengarse. Este le entregó dos huevos impregnados con su semen que una vez enterrados darían lugar al nacimiento de un ser capaz de destronar a Zeus, Tifón. Otra leyenda relata como Hera dio a luz a Tifón sin intervención masculina, después entregó su vástago a la serpiente Pitón de Delos para que ella lo criase.
Tifón era un ser monstruoso, más alto que cualquier montaña. En vez de dedos tenia cabezas de dragón, de cintura hacia abajo estaba formado por serpientes, poseía alas y sus ojos despedían fuego y víboras.
Como este engendro ambicionaba el dominio del mundo, atacó el Olimpo. Cuando los dioses lo vieron, huyeron despavoridos a Egipto, donde se ocultaron bajo la forma de diversos animales. Apolo se transformó en Milano, Ares en pez, Dionisio en macho cabrio, Hermes en ibis, etc. Solo Atenea y Zeus hicieron frente al engendro. En el monte Casio se entabló una feroz contienda entre Zeus y Tifón. Aunque al principio parecía que Zeus llevaba ventaja, finalmente Tifón consiguió arrancar al señor del Olimpo la hoz con la que le atacaba y armado con ella, cercenó los tendones de su oponente, haciéndole perder toda su fuerza. Después Tifón metió los tendones dentro de una piel de oso y llevó el paquete a Cilicia. El paquete fue guardado en un lugar que llamado "gruta Coricia", bajo la custodia de la dragona Delfine.
Hermes y Pan rescataron los tendones y se los devolvieron a Zeus, consiguiendo de esta forma que el dios recuperase su fuerza. Montado en un carro con caballos alados, Zeus emprendio la búsqueda de Tifón. Una vez localizado se reanudó la lid. Durante este enfrentamiento, Tifón se dirigió al monte Nisa, donde las Moiras le habían informado que existían unos frutos mágicos que le proporcionarían fuerza. Zeus salió tras él y la batalla continuó hasta que Zeus lanzó contra Tifón el monte Etna. Según unas versiones, aún se oyen los lamentos del monstruo atrapado bajo el monte. Según otras, Tifón murió al ser aplastado por el Etna y su cadáver fue arrojado al Tártaro. En algunas tradiciones se le denomina el desnacido, al ser entregado de nuevo al seno de su madre Gea, la tierra.